Amy Jade Winehouse recibió con los brazos abiertos sus bien merecidos Grammys. Y es que esta artista se ha convertido en la adoración de muchos (¿y cómo no serlo?). El 14 de septiembre de 1983, nació Winehouse emitiendo su primer llanto y lo más cercano a una nota alta. Más tarde que temprano, se transformó en cantante y compositora. Una de las más destacadas del suelo británico. El jazz y el soul le desarroparon las ganas y la sumergieron en melodía. Su presentación en los escenarios pareciera ser un desnudo donde la pasión por las notas, los acordes y la voz son evidentes y palpables. Una indudable hija del patrimonio musical inglés.
Su álbum debut fue Frank, apenas en el 2003; el cual anonadó a muchos y le brindó a Amy numerosas nominaciones y premios. “Stronger than me” fue el sencillo que le trajo a sus manos el premio Ivor Novello, en el 2004. Sin embargo, el golpe afortunado fue en el 2006 cuando Amy sacó a la venta su disco Back to Black. Sin duda, se había convertido en la mejor estrella británica del momento. La atención y los oídos se dejaban deleitar por la personalidad de Winehouse.
Su canción “Rehab” le permitió sincerarse con sus letras y le consiguió presencia en los Grammys. Además ya para el 2008, dicha canción se había convertido en la número uno de las emisoras norteamericanas.
Las situaciones polémicas no son ajenas a tanto talento. Amy se ha visto envuelta en casos de drogas. Constantemente, ha estado relacionada con problemas de adicción, tanto a las drogas como al alcohol. El escándalo estalló cuando se alertó públicamente que su esposo había sido encarcelado. La controversia aumentó, aún más, cuando Amy declaró que si su esposo no era colocado en libertad, ella se suicidaría. A veces, el mundo artístico parece estar colmado de excesos y sensibilidad errónea. Al parecer, el arte, la música o las pasiones en general llevan a Amy aproximarse a las debilidades y los vicios; como ser sentimental y frágil.
Sin duda, Amy Jade Winehouse penetró en este basto y ancho mundo del espectáculo musical haciéndose notar. Talento británico que deleita, presencia en escenario que cautiva y claridad artística que convence. Grammys, aplausos y fiesta para ella.
Su álbum debut fue Frank, apenas en el 2003; el cual anonadó a muchos y le brindó a Amy numerosas nominaciones y premios. “Stronger than me” fue el sencillo que le trajo a sus manos el premio Ivor Novello, en el 2004. Sin embargo, el golpe afortunado fue en el 2006 cuando Amy sacó a la venta su disco Back to Black. Sin duda, se había convertido en la mejor estrella británica del momento. La atención y los oídos se dejaban deleitar por la personalidad de Winehouse.
Su canción “Rehab” le permitió sincerarse con sus letras y le consiguió presencia en los Grammys. Además ya para el 2008, dicha canción se había convertido en la número uno de las emisoras norteamericanas.
Las situaciones polémicas no son ajenas a tanto talento. Amy se ha visto envuelta en casos de drogas. Constantemente, ha estado relacionada con problemas de adicción, tanto a las drogas como al alcohol. El escándalo estalló cuando se alertó públicamente que su esposo había sido encarcelado. La controversia aumentó, aún más, cuando Amy declaró que si su esposo no era colocado en libertad, ella se suicidaría. A veces, el mundo artístico parece estar colmado de excesos y sensibilidad errónea. Al parecer, el arte, la música o las pasiones en general llevan a Amy aproximarse a las debilidades y los vicios; como ser sentimental y frágil.
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1 comentario:
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